viernes, 9 de junio de 2017

Mi sueño

MI SUEÑO
Mi sueño una vez soñé que era veterinaria y tenia que ir a una perrera a recoger todos los animales que había en la perrera.Después tenia que cura los de la enfermedad que tuvieran y por ultimo tenia que darles de comer a si que como tenia una amiga pastelera le pregunte si hacia dulces para animales y me dijo que si así que le encargue comida dulce para los animales y ella me ofreció ayudarla hacer le la comida a los animales y así pasaron dos días curando y alimentando a todos los animales hasta que se recuperaran y pudiera darlos en adopción .
Resultado de imagen de fondos de pantalla

El soldadito de plomo

El soldadito de plomo
Érase una vez un niño que tenía muchísimos juguetes. Los guardaba todos en su habitación y, durante el día, pasaba horas y horas felices jugando con ellos.

Uno de sus juegos preferidos era el de hacer la guerra con sus soldaditos de plomo. Los ponía enfrente unos de otros, y daba comienzo a la batalla. Cuando se los regalaron, se dio cuenta de que a uno de ellos le faltaba una pierna a causa de un defecto de fundición.

No obstante, mientras jugaba, colocaba siempre al soldado mutilado en primera línea, delante de todos, incitándole a ser el más aguerrido. Pero el niño no sabía que sus juguetes durante la noche cobraban vida y hablaban entre ellos, y a veces, al colocar ordenadamente a los soldados, metía por descuido el soldadito mutilado entre los otros juguetes.

Y así fue como un día el soldadito pudo conocer a una gentil bailarina, también de plomo. Entre los dos se estableció una corriente de simpatía y, poco a poco, casi sin darse cuenta, el soldadito se enamoró de ella. Las noches se sucedían deprisa, una tras otra, y el soldadito enamorado no encontraba nunca el momento oportuno para declararle su amor. Cuando el niño lo dejaba en medio de los otros soldados durante una batalla, anhelaba que la bailarina se diera cuenta de su valor por la noche , cuando ella le decía si había pasado miedo, él le respondía con vehemencia que no.

Pero las miradas insistentes y los suspiros del soldadito no pasaron inadvertidos por el diablejo que estaba encerrado en una caja de sorpresas. Cada vez que, por arte de magia, la caja se abría a medianoche, un dedo amonestante señalaba al pobre soldadito.

Finalmente, una noche, el diablo estalló.
-¡Eh, tú!, ¡Deja de mirar a la bailarina!
El pobre soldadito se ruborizó, pero la bailarina, muy gentil, lo consoló:
-No le hagas caso, es un envidioso. Yo estoy muy contenta de hablar contigo.
Y lo dijo ruborizándose.

¡Pobres estatuillas de plomo, tan tímidas, que no se atrevían a confesarse su mutuo amor!

Pero un día fueron separados, cuando el niño colocó al soldadito en el alféizar de una ventana.

-¡Quédate aquí y vigila que no entre ningún enemigo, porque aunque seas cojo bien puedes hacer de centinela!-

El niño colocó luego a los demás soldaditos encima de una mesa para jugar.

Pasaban los días y el soldadito de plomo no era relevado de su puesto de guardia.
Una tarde estalló de improviso una tormenta, y un fuerte viento sacudió la ventana, golpeando la figurita de plomo que se precipitó en el vacío. Al caer desde el alféizar con la cabeza hacia abajo, la bayoneta del fusil se clavó en el suelo. El viento y la lluvia persistían. ¡Una borrasca de verdad! El agua, que caía a cántaros, pronto formó amplios charcos y pequeños riachuelos que se escapaban por las alcantarillas. Una nube de muchachos aguardaba a que la lluvia amainara, cobijados en la puerta de una escuela cercana. Cuando la lluvia cesó, se lanzaron corriendo en dirección a sus casas, evitando meter los pies en los charcos más grandes. Dos muchachos se refugiaron de las últimas gotas que se escurrían de los tejados, caminando muy pegados a las paredes de los edificios.

Fue así como vieron al soldadito de plomo clavado en tierra, chorreando agua.

-¡Qué lástima que tenga una sola pierna! Si no, me lo hubiera llevado a casa -dijo uno.

-Cojámoslo igualmente, para algo servirá -dijo el otro, y se lo metió en un bolsillo.

Al otro lado de la calle descendía un riachuelo, el cual transportaba una barquita de papel que llegó hasta allí no se sabe cómo.

-¡Pongámoslo encima y parecerá marinero!- dijo el pequeño que lo había recogido.

Así fue como el soldadito de plomo se convirtió en un navegante. El agua vertiginosa del riachuelo era engullida por la alcantarilla que se tragó también a la barquita. En el canal subterráneo el nivel de las aguas turbias era alto.

Enormes ratas, cuyos dientes rechinaban, vieron como pasaba por delante de ellas el insólito marinero encima de la barquita zozobrante. ¡Pero hacía falta más que unas míseras ratas para asustarlo, a él que había afrontado tantos y tantos peligros en sus batallas!

La alcantarilla desembocaba en el río, y hasta él llegó la barquita que al final zozobró sin remedio empujada por remolinos turbulentos.

Después del naufragio, el soldadito de plomo creyó que su fin estaba próximo al hundirse en las profundidades del agua. Miles de pensamientos cruzaron entonces por su mente, pero sobre todo, había uno que le angustiaba más que ningún otro: era el de no volver a ver jamás a su bailarina...

De pronto, una boca inmensa se lo tragó para cambiar su destino. El soldadito se encontró en el oscuro estómago de un enorme pez, que se abalanzó vorazmente sobre él atraído por los brillantes colores de su uniforme.

Sin embargo, el pez no tuvo tiempo de indigestarse con tan pesada comida, ya que quedó prendido al poco rato en la red que un pescador había tendido en el río.

Poco después acabó agonizando en una cesta de la compra junto con otros peces tan desafortunados como él. Resulta que la cocinera de la casa en la cual había estado el soldadito, se acercó al mercado para comprar pescado.

-Este ejemplar parece apropiado para los invitados de esta noche -dijo la mujer contemplando el pescado expuesto encima de un mostrador.

El pez acabó en la cocina y, cuando la cocinera la abrió para limpiarlo, se encontró sorprendida con el soldadito en sus manos.

-¡Pero si es uno de los soldaditos de...! -gritó, y fue en busca del niño para contarle dónde y cómo había encontrado a su soldadito de plomo al que le faltaba una pierna.

-¡Sí, es el mío! -exclamó jubiloso el niño al reconocer al soldadito mutilado que había perdido.

-¡Quién sabe cómo llegó hasta la barriga de este pez! ¡Pobrecito, cuantas aventuras habrá pasado desde que cayó de la ventana!- Y lo colocó en la repisa de la chimenea donde su hermanita había colocado a la bailarina.

Un milagro había reunido de nuevo a los dos enamorados. Felices de estar otra vez juntos, durante la noche se contaban lo que había sucedido desde su separación.

Pero el destino les reservaba otra malévola sorpresa: un vendaval levantó la cortina de la ventana y, golpeando a la bailarina, la hizo caer en el hogar.

El soldadito de plomo, asustado, vio como su compañera caía. Sabía que el fuego estaba encendido porque notaba su calor. Desesperado, se sentía impotente para salvarla.

¡Qué gran enemigo es el fuego que puede fundir a unas estatuillas de plomo como nosotros! Balanceándose con su única pierna, trató de mover el pedestal que lo sostenía. Tras ímprobos esfuerzos, por fin también cayó al fuego. Unidos esta vez por la desgracia, volvieron a estar cerca el uno del otro, tan cerca que el plomo de sus pequeñas peanas, lamido por las llamas, empezó a fundirse.

El plomo de la peana de uno se mezcló con el del otro, y el metal adquirió sorprendentemente la forma de corazón.

A punto estaban sus cuerpecitos de fundirse, cuando acertó a pasar por allí el niño. Al ver a las dos estatuillas entre las llamas, las empujó con el pie lejos del fuego. Desde entonces, el soldadito y la bailarina estuvieron siempre juntos, tal y como el destino los había unido: sobre una sola peana en forma de corazón.
Resultado de imagen de el soldadito de plomo

martes, 2 de mayo de 2017

El rey ciego de la luz

El rey ciego de la luz
Era se una vez hace muchos años, cuando Noche y Día vivían juntos,Oscuridad no era oscura todo el tiempo, y lo mismo pasaba con Luz, donde nunca se hacia de noche que no era luminosa todo el tiempo.
Roberto era el rey de la ciudad de luz;Roberto cuando era pequeño lo dejaron en el carro debajo del sol unas horas tal que Roberto se quedo ciego, Roberto tiene un perro llamado Sol el le ayuda a ir a los sitios un día Roberto se harto de vivir en luz el decía que como no veía nada que se quería ir a vivir a oscuridad, un lugar en el que reinaba la noche eterna desde que Noche, la bella joven que viaja rodeada de constelaciones, se enfadó con Día, un atlético muchacho que se pasa las horas muertas bañándose en el mar.
Mostrando IMG_20170502_184121.png
Pero todos los habitantes de Luz pensaban que para llegar a Oscuridad tenias que morir igualmente pensaba los habitantes de Oscuridad,pero un día Roberto le dijo a Sol llevarme a el parque y sol le llevo a Oscuridad Roberto durante todo el viaje le decía a Sol estas seguro de que el camino es por aquí hasta que su sombra le dijo te vas a Oscuridad y yo no me quiero quedar en tu ombligo a si que con tu permiso me separo de ti Roberto acepto.
En el viaje Roberto se encontró con Noche ellos estuvieron ablando y ella le dijo a Roberto que llevaba 93 años peleada con Día mas adelante del viaje Roberto se encontró con Día y le contó lo mismo.
Mostrando IMG_20170502_184222.png
Después de caminar y caminar Roberto llego a Oscuridad todos se sorprendieron al ver a Roberto todo el mundo le quería hacer preguntas sobre Luz;pero Roberto se agobio a si que esa noche decidió ir se mas lejos de oscuridad a si que se fue al bosque de Oscuridad, allí se encontró una fabrica de sombras y encontró su sombra su sombra volvió con el pero el fabricante de sombras le contó a Roberto que su hija Noche se había peleado con su novio Día y que necesitaba reconciliar los para dejarle la fabrica en herencia un nietecito o nietecita entonces Roberto se acordó de esas dos personas que se había encontrado en el camino y volvia a donde estava para reconciliarlas alfinal todo vuelve ala normalidad.
Fin

martes, 25 de abril de 2017

Casare

Casares
El miércoles 19 de abril de 2017 fuimos a Casares el trallecto duro una hora y media.Cuando llegamos a Casares un guia llamado Juan Carlos subió al autobús y mediante el autobús vimos la planta de reciclaje, el guia nos explicaba que función tenia cada maquina o par que servía cada lugar, nos enseñaron la basura junta con forma de cuadrados llamadas valas también nos enseñaron que el liquido de la basura se llamaba lixiviado y con el lo que hacían era meterlo en una piscina la cual tenia varias capas de tela para que el lixiviado no contaminara, la demás basura que no servía la enterraban en parcelas y les ponían unas chimeneas para que los gases tóxicos salieran y no contaminaran,ya tenían dos parcelas enteras llenas de basura y si se terminaba la siguiente parcelan tendrían que coger mas parcelas de la montaña nos enseñaron un dato muy curioso y fue que nuestro abuelos antes al año solo consumía un kilo de basura y nosotros al año consumimos 3500 kilos de basura
Después de terminar de enseñarnos la planta de reciclaje entramos en una habitación en la cual había unas maquetas de la planta de reciclaje y hay nos explicaron mas abiertamente en que consistía cada maquina y sitio.Cuando Juan Carlos termino la explicación nos llevaron a otra habitación allí nos enseñaron un vídeo en el que tres animales explicaba cosas sobre la planta de reciclaje y sobre algunos proyecto que habían echo los cuales sacaron a la calle como por ejemplo un camión en el que podías llevar bombilla, pinturas... en la visita también nos regalaron dos bolsa reutilizables, un cubo de basura pequeño, unas gafas de sol, un frisvis, un lápiz, una libreta y por ultimo un palo selfie cuando termino la visita fuimos a merendar y ya nos fuimos a el autobús par ir al colegio.
Resultado de imagen de planta de casares
Resultado de imagen de en la planta de casares donde entierran la basura 
Resultado de imagen de planta de casares